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Trabajar Fulltime y estudiar. ¿Se puede? (Spoiler: si)

  • Majo Cossio
  • 16 ago 2016
  • 7 Min. de lectura

Vivimos en un mundo competitivo. Mi tribu, los Millenials, son conocidos por ser la generación más ambiciosa hasta la fecha.

Somos intrépidos, soñamos en grande, queremos llegar lejos y probar el éxito con la punta de la lengua. Terminamos los estudios con barbas de leche, ojos grandes y pupilas dilatadas; nos metemos de cabeza a un trabajo y a hacer línea de carrera. Las presiones sobre la competitividad laboral también son cada vez mayores, y se espera de un buen profesional que siga en constante desarrollo personal y profesional. Posgrados, especializaciones, másteres y MBA’s, si queremos llegar a triunfar en el mundo laboral lo mejor es estar siempre actualizado y nunca dejar de estudiar.

Yo era muy ajena a esto cuando ingresé al instituto allá en el 2008. Cuando me gradué como 1er puesto de la promoción y lancé el birrete entre explosiones de escarcha, lágrimas y vértigo, nunca se me hubiera ocurrido que esta carrera en Comunicación Audiovisual y Multimedia era sólo el comienzo.

Mientras iba escalando puestos y creciendo profesionalmente, rápidamente aprendí que conseguir un buen trabajo (y sueldo) era difícil. Postulaba a puestos que me encantaría haber tenido pero no recibía respuesta. Me comentaron entonces que contar con un grado de especialización o una maestría, sobre todo si era en el extranjero, podría ayudarme a acercarme a mejores puestos de trabajo y pretensiones salariales.

Fue de esta manera que llegué al PRONABEC. Bien segura de mis habilidades y con el diploma honorífico de Cum Laude bajo el brazo, me senté frente a una señorita muy amable y le pedí que me contra más sobre los requisitos para acceder a una beca. Y en exactamente 3 segundos, mis sueños de estudiar en Alemania o en Australia se fueron por el retrete: resulta que para acceder a las becas se necesita un bachiller, y yo soy técnico por haber estudiado en instituto.

Me fui molesta, frustrada y avergonzada. Empero, el bajón me duró sólo un día y a la mañana siguiente estaba de pie, aferrando un buen espresso y con una nueva idea repiqueteando en mi cabeza como pájaro carpintero.

"Okey, ¿no tengo bachiller? Pues vamo a conseguirlo."

Foto: tumblr.com

Días después, salía ajetreada y asustada de la agencia. El cliente no me había aprobado varios artes, teníamos un reachblock de Facebook por salir y estábamos (para variar) al tope de chamba. Tomé la 35T y llegué a Salaverry, apurada por llegar antes de que cierren el modulo de informes de la UPC. Me atendieron con una cordialidad que me sorprendió y me explicaron los requisitos y costos de la matrícula de las Carreras universitarias para gente que trabaja – EPE.

Entones salí al hall a llamar a mi mami, con mucha ansiedad, sin saber bien qué hacer y cómo iba a poder manejar esto de trabajar y estudiar al mismo tiempo. Mi madre me escuchó con paciencia y me dijo: Hija, ¿tú crees que esto va ser fácil? Olvídate de descansar 8 horas en las noches y de dormir hasta tarde los fines de semana. ¿Estás segura de que quieres hacer esto?

Y con eso me bastó para tomar la decisión. Respiré hondo y con paso firme volví al módulo de informes. Solicité la cartilla de matrícula y, en un arrebato de orgullo y determinación, saqué la tarjeta de débito y pagué mi primera matricula.

Cuando salí, cargaba 15 kilos menos y tenía el corazón en llamas. Le escribí al watsapp a una de mis mejores amigas, la misma que me había sugerido entrar a la UPC y que es graduada de esta universidad, y me respondió con una sola línea: “Welcome to hell :)”

***

Back to school

Volver a la Universidad fue un gran reto para mí. Tuve (y tengo que) sacrificar mucho, y aprendí valiosas lecciones en estos 5 ciclos que ya llevo estudiando una segunda carrera. Cuando converso con sobre el tema, muchas veces se me interroga sobre cómo manejar el trabajo en una agencia de publicidad (en esa época trabajaba más de 8 horas al día) y estudiar.

Voy a ser un poco romántica, pero tengo la esperanza de poder inspirar a otras personas a atreverse y seguir estudiando así como hago yo ahora. ¡Es genial estar de vuelta en el campus! Creo firmemente que si uno decide atreverse a perseguir sus sueños, no hay excusas y todo es posible.

"Sí, es totalmente factible estudiar y trabajar fulltime."

En Abril del 2015 inicié mis estudios en la UPC. Tengo cátedra entre 2 y 3 veces por semana, en las noches, de 7 a 10 u 11 pm. Las clases se llevan en modalidad semi-presencial, quiere decir que por cada clase en UPC hay una clase virtual que se debe hacer desde casa a través del módulo Blackboard. Mi universidad trabaja con el sistema de evaluación contínua, por lo tanto tengo exámenes todas las semanas (en clase y online. Es terrible).

Si bien las horas de dictado no son tantas, se espera del alumno que sea disciplinado y que dedique tiempo a repasar las clases virtuales y los MTA, “Materiales de Trabajo Autónomo”. Sé que hay alumnos en EPE que no invierte tanto tiempo como yo en estudiar, pero s̶o̶y̶ ̶o̶b̶s̶e̶s̶i̶v̶a̶ tengo la meta de graduarme en tercio superior (para luego postular a las becas en el extranjero), y por ello dedico mucho tiempo al estudio.

Durante todo mi primer año en UPC tuve un trabajo de horario completo y así aprendí a malabarear mis estudios, mi exigente puesto de coordinadora y mi vida personal. ¿Cómo lo hice? Keep on Reading, querido lector.

Ser ordenada y planearlo todo

Siempre he sido maniática del orden, y ahora lo soy aún más. Creo que para poder llevar este estilo de vida hacen falta disciplina y orden, si es que se quieren lograr las metas deseadas y no frustrarse en el intento. ¿Agenda XL, codificar mis entradas con resaltadores de colores y tener mil post it’s de todos los tamaños? Sí señor.

En mi planner (rosado y recargado de stickers, qué esperaban) apunto todas las clases por bloques de hora. Cada inicio de ciclo, descargo e imprimo el sílabo y lo leo con cuidado. Extraigo todas las fechas de exámenes y tareas, tanto individuales como grupales, y las ingreso en la agenda. Luego reviso la bibliografía requerida y me aseguro de procurarla a tiempo. También reviso si habrá talleres los días sábados, estas son clases complementarias a las que asisten los alumnos que necesitan reforzar sus conocimientos, e ingreso las fechas en la agenda. Siempre hago mi mayor esfuerzo por asistir a todos los talleres.

También planifico bloques de estudio y contabilizo las clases virtuales como una clase más, de esta manera planifico con sinceridad mi tiempo y puedo calcular las horas que tengo para dedicarme a otras cosas.

Levantarse temprano

Odio. Ooodio levantarme temprano. Pero en el 1er ciclo de EPE aprendí que más me vale levantarme de madrugada para aprovechar el día y repasar. Todos los días que tenía clases de matemática, mi curso kriptonita, me levantaba más temprano y llegaba una hora antes del incio de la jornada a la oficina (Por suerte siempre había quién me abra y me deje pasar). Traía mi desayuno en mi lonchera. Como todo estaba vacío, había mucha paz. Me sentaba, ponía música clásica y repasaba los ejercicios de mate mientras desayunaba.

Invertir todos los días una hora en repasar, adicional al estudio los fines de semana y las clases de repaso, me ayudaron en lograr como promedio 19 en Mate básica, luego de haber intentado un ciclo antes por primera vez y jalar el curso entre lágrimas, frustración e impotencia.

Encontrar bloques de tiempo y huecos para estudiar

Siempre hay un espacio para estudiar y repasar. Sobre todo en la combi, y media hora luego del almuerzo en la oficina si comía rápido. Cuando había salidas familiares los fines de semana, llevaba un bolso con las lecturas pendientes. En los almuerzos, ya todos saben que voy a sacar unas separatas y el resaltador mientras esperamos a que venga el mozo y nos atienda. Eso sí, apenas llega la comida esos materiales desaparecen y se dedica tiempo a la familia.

Admitir las debilidades y buscar refuerzo

En primer ciclo tuve mi reencuentro con un antiguo y rencoroso enemigo: Las matemáticas. Soy comunicadora, estudié en instituto (hola, no llevamos estudios generales) y no veía una calculadora desde que salí del colegio. Y no terminé 5to de secundaria.

Luché mucho por aprobar este curso, pero no entendía y me faltaban conocimientos básicos que nunca tuve la oportunidad de aprender en el colegio. Llegó el día del examen final y fue una matanza para mí. Cuando días después publicaron las notas, tenía 12 de promedio y en UPC se aprueba con 12.5.

Me eché a llorar. Me daba mucha vergüenza y me frustraba, me sentía estúpida e inferior a mis compañeros. Ellos sí pueden, ¿por qué yo no? ¿Tan tonta soy?

Mi madre me animó y me sugirió que contratara a un profeso particular que pueda darme clases de repaso y enseñarme las bases que no tenía para poder llevar y aprobar el curso en bica. ¡Fue el mejor consejo que he recibido!

Gracias a las clases con mi profesor y a mi constante esfuerzo y dedicación, pasé Mate Básica con 19 de promedio final en el 2do intento. Los cursos subsiguientes (Mate aplicada, Mate Financiera, Economía, Estadística) también los llevo con su ayuda. Tengo clases entre una y hasta 3 veces por semana, dependiendo del curso y de si estamos en finales.

Foto: tumblr.com

Estar dispuesta a hacer sacrificios

Es verdad lo que me dijo mi mamá la noche en la que me matriculé en la UPC. No es fácil. Más de una vez dormí menos de 4 horas y al día siguiente, trabajo de oficina. Amanecidas en finales. Dejar de ir a tomarse un traguito para quedarse en casa y repasar. Sacrificar algún viajecito en fin de semana largo.

Ahora que trabajo de independiente es más fácil, pero igual siempre hay mucho esfuerzo y sacrificios de por medio.

No rendirse y tener siempre la meta en la mira

Con frecuencia sufro períodos de crisis, cuando todo me abruma. Me estreso, lloro, pienso que tanto esfuerzo no vale la pena y me dan ganas de rendirme. Pero cuando respiro y miro atrás, me doy cuenta que ¡ya estoy a la mitad de mi carrera! 3 años y medio (el tiempo promedio en que se acaba la carrera) se pasan volando, yo ya tengo la mitad atrás y creo que recién se viene la parte más bonita porque ya no habrá generales (chau mate, no vuelvas) y podré sacarle el jugo a los cursos de carrera.

Siempre tengo presente que luego de UPC se viene un máster, o un MBA, o algo así. Trato de mirar siempre hacia adelante y de visualizar mis metas, esta técnica me ayuda bastante en no perder el rumbo. Es sencillo dejarse llevar por el ajetreo del día a día y olvidar la meta más grande. En mi caso, una meta es estudiar fuera pero la meta más importante, lo más crítico para mi, es ser feliz.

Cuando hago las cosas con amor y dedicación, con el corazón en la mano, e imposible que salgan mal. De eso estoy segura.

 
 
 

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