Tripulación, Cross-Check: Community Manager a 30 mil pies de altura
- Majo Cossio
- 20 may 2016
- 2 Min. de lectura

Soy una mujer joven con sueños desbordantes. Tengo lugares a los que ir y gente a la que conocer, y si mi vida se parece a un fragmento de “The devil wears Prada” mientras persigo desbocadamente mis metas, mejor aún.
Bajo este escenario, decidí hace 2 meses renunciar a mi trabajo estable en oficinas y lanzarme a ser independiente. Con los tacones bien puestos y un manojo de aspiraciones fuertemente aferrado en una mano, un café en la otra, me lancé de cabeza a una nueva, aterradora y hermosa vida.
Fast forward a Marzo: Las cosas son difíciles, pero caminan. Tengo reuniones y propuestas, trabajo desde casa en una minúscula oficina instalada en mi cuarto. Me aplico fervorosamente en mi nueva empresa y preparo el lanzamiento de mi nuevo producto, mientras trato de malabarear la universidad, el trabajo freelance como consultora de marketing y la vida familiar. No lo hubiera creído jamás, pero ahora que soy independiente estoy más ocupada que nunca. Say what?! Y en medio de toda la chamba, se presenta de pronto una sorpresa inimaginable. ¡Me regalaron un viaje completo a Disney por mi cumple! ¿Suena increíble? Mi hermana es la increíble por habérmelo regalado. No lo puedo creer, ¡nos vamos las sisters a Disney! ¡Yeah!
Y llega el día. Entre el rugido de las turbinas retumba en mi cabeza “Take my breath away” a la vez que el avión despega, mi vida se funde con el celuloide y el fuselaje del Boeing 787 Dreamliner, estoy en una secuencia de Top Gun rompiendo la barrera del sonido.
Y aquí estoy, a 30 mil pies de altura. Muerta de miedo, porque odio volar, con la laptop en el regazo. Trabajando.

-¿Propuestas de inversión para el cliente D?
- Check.
-¿Cronograma de posteo para mis canales? - Check.
- ¿Brainstorming para los siguientes blog posts, revisión y aprobación de los logos para la nueva empresa, terminar el resumen ejecutivo para la nueva marca? - ¡Check, check, check!
Somos Millenials. Llevamos el trabajo en la cartera, al alcance de nuestra pantalla táctil, entre nubes dispersas, estratos, nimbos y cúmulos; Jetsetters, estamos siempre listos para responder a nuestros clientes 24/7, estemos donde estemos, dándole la vuelta al mundo y a punto de conocer a Mickey Mouse.
Ahora soy Community Manager, soy ejecutiva de cuentas, soy Planner, soy Redactora Creativa, soy Diseñadora y soy la dueña de mis dos empresas (aún en fase inicial, pero señoras y señores, tripulación: en proceso de aceleración a máxima potencia para iniciar despegue). Para mí, el trabajo nunca se acaba. Mi cerebro no se calla. Soy la torre de control, un enjambre de ideas y proyectos y propuestas y tengo tanta energía que en verdad, debería dejar de tomar tanto café; pero qué se le va a hacer, va conmigo como van conmigo los gatos, los zapatos de diseñador y las redes sociales.
Mi vida como trabajadora independiente y experta en Marketing Digital ha alcanzado velocidad de rotación y no tiene switch en off.
¿Aterrador, estresante y desenfrenado? Sí.
¿Me encanta? Claro que sí. No bajaría el tren de aterrizaje por nada en el mundo.
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